Era un chiquito de solo 7 años cuando vino a vivir en el albergue. Fauricio (ahora 12) es un niño especial y muy cariñoso. A él le encanta dibujar, escuchar música (especialmente la de Michael Jackson), desarmar cosas para saber como funcionan, y ensuciarse cultivando verduras y frutas en su huerta detrás de la casa. Hoy se aventuró con su machete a cortar y recoger hojas para envolver tamales.

